viernes, 23 de noviembre de 2012

ÉRIDE Y SIMBAD: LA LEYENDA DE LOS SIETE MARES

       En este post voy a tratar sobre la  relación de la película Simbad: La leyenda de los siete mares de DreamWorks y su relación con la asignatura de referentes clásicos. La importancia de esta película  de animación, en referencia a la mitología, reside esencialmente en la figura de Eris, la diosa de la discordia, que más tarde explicaremos.
 
        Esta es una película estadounidense estrenada en el año 2003 y dirigida por Tim Jokson, estando al cargo del guión John Logan. Simbad y su tripulación pirata intentan robar el mágico y místico “Libro de la Paz”, mientras éste es transportado en un barco de vuelta a su ciudad, Siracusa. El encargado de protegerlo es el príncipe Proteus, el mejor amigo de la infancia de Simbad. Cuando Simbad y los suyos se disponen a robar el libro aparece una bestia llamada Cetus, que ha sido enviada por Eris, que también desea el codiciado libro. Cetus ataca a la nave y consigue llevarse a Simbad hasta el fondo del Ponto. Cuando Simbad comienza a ahogarse es salvado por Eris, la cual le pide que robe el Libro de la Paz para ella y le recompensará con enormes riquezas. Simbad acepta y se dirige al palacio de Siracusa. Allí Proteo lo recibe con una calurosa bienvenida y le presenta a su prometida, Marina. Simbad al verla decide marcharse sin el libro. Pero esa misma noche Eris se hace pasar por Simbad y roba el libro trayendo la desgracia para Siracusa. Entonces Simbad es apresado y condenado a muerte, pero Proteus decide ocupar el lugar de su fiel amigo. Este a cambio le pide que devuelva el libro. Una vez embarcado decide poner rumbo a las isla Fidji, pero finalmente es persuadido por su compañero y sobornado por Marina. A lo largo de todo el trayecto hacia el Tártaro, residencia de Eris, ésta les someterá a denodadas proezas. Consiguiendo escapar ilesos de todos estos, llegan al Tártaro. Allí Simbad le pide el libro a Eris. Pero Simbad se da cuenta de que Eris lo ha utilizado, y que lo que verdaderamente le importa a ella es dejar a Siracusa sin príncipe heredero al trono. Utilizando a Simbad al saber que su noble amigo Proteo  ocuparía su lugar y moriría seguramente, ya que Simbad no iba a volver con el libro ni a ocupar el lugar que le pertenecía. Ella le propone un juego y le da su palabra de diosa: si gana Simbad, Eris le devolverá el libro; pero antes tendrá que responder a una cuestión, si no consigue el libro, ¿volverá para morir? pregunta, esta le pregunta que no consigue el libro, volverá para morir, a lo que Simbad responde que sí, que volverá, pero ella le dice que miente, y por ello son expulsados del Tártaro. Él le dice a Marina que siente haberse hecho pasar por alguien que no era, y que mentía, así Marina le dice que no soportaría verlo morir, pues lo quiere. Simbad decide volver para cumplir con su condena, y salvando la vida de su amigo logra ganar la apuesta a Eris, pues estaba equivocada. Así Eris se ve obligada a romper la espada que acabaría con la vida de Simbad, ya que había dado su palabra de diosa. Finalmente le devuelve el libro a Siracusa y cuando Simbad embarca se da cuenta de que en el barco viaja Marina, que tras haber hablado con Proteus, entiende  qué es lo que realmente quiere de la vida. Por último, Simbad y Marina se plantean ir al Mar de Jazmin, pero para llegar a este lugar tendrán que pasar por el cubil de la Hidra, la guarida del Minotauro y la del Cíclope, el puente de Swansea y el Mar de la China, siendo este un embrollado y azaroso viaje.

      Éride o Eris es la prosopopeya de la Discordia. Generalmente es considerada como hermana de Ares y acolito suyo en su lacerante trabajo. Pero la Teogonía de Hesíodo la coloca entre las fuerzas primarias, en la generación de la Noche (Nix). Le atribuye, en calidad de hijos, cierto número de abstracciones, como la Pena (Ponos), el Olvido (Lete), el Hambre (Limos), el Dolor (Algos) y, finalmente, el Juramento (Horcos). Más tarde, en trabajos y días, Hesíodo distingue dos Discordias: una perniciosa, la hija de la Noche; otra, útil, que no es más que el espíritu de emulación que Zeus ha puesto en el mundo como “estímulo”. Ella es la que vuelve al alfarero celoso por su oficio. Se representa generalmente a Éride como un genio femenino alado, semejante a las Ernias, a Iris, etcétera. Al ser de naturaleza tan deplorable, los dioses la mantuvieron aparte, siendo esta no invitada a la boda de Peleo y Tétis en la que lanzó la “manzana” destinada a la más bella de las diosas (Hera, Afrodita y Minerva), y que el joven “pastor” Paris (o Alejandro “príncipe”) fue encargado de otorgar. Y esto fue una de las causas de la guerra de Troya, a donde París fue enviado como emisario de la paz; no obstante acabó escapando con Helena (reina de Esparta y esposa del rey Menelao). Así Menelao y especialmente su hermano Agamenón, los cuales son motivados por desemejantes designios, se ven “avocados” a incoar la guerra con Troya sin dilación.

        También cabe destacar el Tártaro (que en la película es donde mora Eris). En la mitología griega, el Tártaro es tanto una deidad como un lugar del Inframundo, más profundo incluso que el Hades. Allí cada persona según lo que haya hecho en vida será destinado a diversos estancias y tratos, como por ejemplo Sísifo, un ladrón y asesino, que fue condenado a empujar eternamente una roca cuesta arriba sólo para verla caer por su propio peso. También allí se encontraba Ixión y Tántalo.

PROMETEO LLEVADO AL CINE

          En este post voy a tratar el tema de Prometeo. Hace poco, estrenaron una película con el mismo nombre y me pareció interesante hacer un comentario sobre las diferencias y semejanzas entre ésta y el verdadero mito.

En el mito, Prometeo es hijo de un titán, Jápeto (como Zeus lo es del otro, Crono). Aquel creó los primeros hombres, modelándolos con arcilla. Si engañó a Zeus, fue por el amor a los hombres. En Mecone, durante un sacrificio solemne, había hecho dos partes de un buey; en un lado puso la carne y las entrañas, recubiréndolas con el vientre del animal; en otro puso los huesos mondos, cubriéndolos con la grasa blanca. Luego le dijo a Zeus que eligiese su parte; el resto quedaría para los hombres. Zeus escogió la grasa blanca, y, al descubrir que sólo contenía huesos, sintió un profundo rencor hacia Prometeo y los mortales, favorecidos por aquella astucia. Para castigarlos, decidió no volverles a enviar el fuego. Entonces Prometeo robó semillas de fuego en "la rueda del Sol" y las llevó a la tierra ocultas en un tallo de férula. Otra tradición pretende que sustajo el fuego de la fragua de Hefesto.
Diccionario de mitología griega y romana de Pierre Grimal. Ed. Paidós

En la película Peter Weyland (que no es el protagonista, pero sí uno de los actores principales) es un anciano millonario que se niega morir. Con el descubrimiento de dos jóvenes exploradores decide hacer una expedición a un planeta lejano, con la esperanza de encontrar a los creadores de la raza humana y que así éstos puedan salvarlo de la muerte. La nave con la que son llevados se llama Prometeo. Llegados ahí, la tripulación encuentran a dichos "ingenieros", pero no son lo que ellos esperaban, sino que aquellos quieren destruir lo que antes crearon, es decir, a los humanos.


Hay muchas diferencias entre el mito y la película y pocas semejanzas. Las básicas son las siguientes:
Semejanzas: tanto en la película como en el mito los humanos fueron creados por otra raza superior y en un momento dado existe la posibilidad de ser aniquilados.
Diferencias: en la película cuenta que el mismo creador quiere destruir su creación. En el mito no es Prometeo quien quiere "castigar" a los humanos, sino Zeus.